Como en todos los trabajos, oficios o profesiones, en esos años ser carnicero no significaba ser un buen chacinador, no lo fue hasta tanto conoció a la mujer que lo acompañaría el resto de su vida doña Clementina Visintini, familia entre tantas otras en nuestra zona que ejecutaban sus conocimientos en la elaboración de:
salames, quesos, dulces, encurtidos etc. La unión entre ambos hizo una combinación cuasi perfecta comenzando así un nuevo camino a recorrer.
Terminada la sociedad con su hermano por desavenencias familiares, inicia una trayectoria como (carnicero) que no duraría tanto tiempo por problemas en su salud (reumas), pero especializándose como chacinador esporádico (en invierno) convirtiéndose en proveedor de los principales locales ubicados a la vera de la vieja estación de trenes (paraje Estación Caroya) y los restaurantes, bares y negocios a orillas de por ese tiempo la flamante ruta nacional 9.
Los Salames de la Colonia Caroya son conocidos en toda Argentina y muchos lugares del mundo, esto se debe a la importancia que tuvo el paraje de estación Caroya en donde los trenes de vapor que llevaban pasajeros entre Bs. As. y Tucumán se reabastecían de agua; mientras el pasaje esperaba, los colonos vendían lo que producían desde frutas frescas, hasta salame de la colonia para el viaje, relatos que escuchamos y aprendimos desde chicos en nuestra familia aportados por Armando D. Grión (nuestro papá) a él cuando chico joven le toco canastear los trenes más tarde cuando grande se convirtió en proveedor de la vieja estación de servicios YPF a la vera de la ruta en donde se ubicaron restaurantes y bares, parada obligatoria por la escasa autonomía que tenían los tanques de combustibles en vehículos en la época.
Debido a enfermedades y otros padeceres, Don Juan A. Grión, que también fue Agricultor vitivinícola, se recibió de tenedor de libros (por correo), trabajó en la Municipalidad de la Colonia como recaudador e inspector, entre otros también, fue fundador del viejo frigorífico ex Col-Car, accionista de la ex Eveready, socio y junto con su consuegro Tito José Contessi, de los primeros echados de la ex Cooperativa la Caroyense (por anticipar su posterior debacle) y seguro algunas más que no sabemos, formó una familia en la que tuvo 3 hijos varones entre ellos nuestro papa, el menor: Armando D. Grión.
Actualmente descendientes de ambas familias tanto de Ángel, como de nuestro abuelo Juan proseguimos en el rubro de la carne, algunos como carniceros, otros como es nuestro caso chacinadores “exclusivos”, el tiempo, después de tantas idas y vueltas y tantos problemas, nos ha dado la oportunidad de poder ejercer un oficio que llevamos en la sangre, es un orgullo, un honor, un gran compromiso que nuestro apellido sea una marca, y una institución referencial en el rubro carnes y chacinados.